EL TOREO, LA CUESTIÓN NO ES LA MUERTE
Por
Gabriel Ángel Rendón Moreno.
Es
una mañana hermosa en una bella campiña. El cielo está despejado y el sol asoma
por el horizonte. Las pequeñas aves saludan la mañana con sus cantos. Las
flores con sus vivos colores dan al paisaje un ambiente festivo. La figura
majestuosa de un toro resalta en la pradera. Con sus patas firmes, su mirada
fija, su cabeza levantada y sus orejas nerviosas parece ansioso porque llegue el momento. Es un toro de lidia y hoy
es su gran día porque será lidiado en una plaza de toros. Su pecho se encuentra
henchido de orgullo porque hoy es el día
de su realización.
¿Podría
alguien siquiera pensar en la verosimilitud de una escena como esta? Pues hay
quienes piensan que puede ser posible. O al menos así lo han manifestado;
aunque no se lo crean ni ellos mismos. Hace algún tiempo mientras escuchaba un
programa de opinión en la radio, más concretamente el programa Hora 20 de
Caracol, que ese día trataba el tema de la tauromaquia, escuché con asombro que
uno de los participantes afirmaba que al toro le gusta ser lidiado porque para
eso nació y esa es su realización. Menos mal que el personaje advirtió antes de
pronunciar el exabrupto que iba a lanzar una afirmación muy polémica, porque de
lo contrario hubiera pensado que estaba totalmente loco. Sin embargo, ante mi
indignación, envié un mensaje por una de las redes sociales del programa,
indicando que tuvieron que pasar más de cuarenta años para escuchar una
ridiculez tan grande. Muchos mensajes de rechazo al personaje sucedieron al
mío, pero no faltaron también voces de apoyo.
Prácticamente
olvidado ya el incidente, en días anteriores volví a escuchar dicha afirmación
en una discusión en un lugar público de la ciudad. No le di mucha importancia
porque ahora pienso que es sólo un recurso para causar polémica, ya que no creo
que alguien en sus cabales pueda pensar que eso sea cierto. Lo que creo es que
ante la falta de argumentos para defender una actividad indefendible se recurre
a argumentos absurdos.
Hay
muchos otros argumentos más racionales, pero no suficientes para justificar tal
barbarie. Que es un arte. Puede ser, pues de la guerra y de todas las
crueldades del ser humano se ha hecho arte. Pero ¿cómo puede ser bella la tortura de un
animal? Además si se quiere arte porque no se busca un museo, un teatro o una
biblioteca. Que hace parte de la
tradición. Es innegable, Pero... ¿No es una función de la civilización terminar
con tradiciones crueles e innecesarias? Al menos así lo creo. Que produce empleos. Claro, la guerra, la
trata de personas, la prostitución y el narcotráfico también. Que es una
actividad rentable. Qué decir de las anteriores. Que Dios nos dio los animales
para que dispusiéramos de ellos. Eso se lo escuché a un cura que hacía de
capellán de la plaza de toros, porque hasta en los lugares y episodios más
oscuros de la humanidad los ha habido, sin embargo, en temas divinos no me meto
porque no me siento autorizado. Pero… ¿Será que cualquiera de estos argumentos
es válido para justificar una tortura cruel y pública a un animal inocente e
indefenso?
Que
los anti taurinos comemos carne. Es un argumento para contradecir a los que nos
oponemos al toreo. Pues sí, unos comemos
carne y otros no lo hacen. Tampoco estoy de acuerdo con los que no lo hacen con
el argumento de no matar a los animales. ¿Será que las plantas que se consumen
se las comen vivas? Bueno… que las plantas no sienten, que está demostrado
científicamente… pues la ciencia también se ha equivocado muchas veces. Lamentable
o afortunadamente, la evolución y el desarrollo nos han puesto en la cima de la
cadena alimenticia. Además, es una ley de la naturaleza, que unos mueran para
que otros vivan. La cuestión no es la muerte, es la tortura. ¿Qué a diario
muchos animales son sacrificados de una forma muy cruel en los mataderos, en
casas y en sitios públicos para que comamos su carne?, pues lo que hay que
tratar es de minimizar la crueldad de esas muertes. Y también terminar con
actividades donde la crueldad y la tortura están presentes como espectáculo
público. Para mencionar algunas, las peleas de gallos y el boxeo. Sería una
forma de ser más humanos, de ser un poco más civilizados, de ir dejando atrás,
de una vez por todas, el Coliseo Romano.
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